Aunque algunos crean que es una tarea sencilla, la poda de un árbol es un arte que requiere conocer la técnica adecuada.

Muchos sostienen que es necesario podar los árboles urbanos, que éstos crecen mejor gracias a ello. Pero no es así, los árboles sufren, se debilitan, enferman y mueren por el manejo agresivo que suelen recibir.

Una poda incorrecta puede producir crecimientos exagerados de ramas peligrosas ante el riesgo de rotura. También pueden provocar que el tronco del árbol se pudra, generando enfermedades.

La práctica más dañina y frecuente en la ciudad consistente en cortar toda la copa del árbol causa su muerte. 

La poda ornamental puede llegar a ser sumamente destructiva, ya que un árbol de medianas o grandes dimensiones puede llegar a perder una gran cantidad de follaje, reduciendo así notablemente su función como purificador del aire en el entorno urbano. 

Por eso, conocer cómo tratar un árbol es importante para evitar podas que puedan llegar a dañarlos de manera permanente. 

Pasos a seguir para realizar una poda de forma correcta

Antes de realizar la poda de un árbol, debes tener en cuenta algunos puntos:

  • Cada corte que hagas, puede modificar la estructura y crecimiento del árbol, por lo que se debe de tener claro el objetivo de la poda.
  • El corte debe ser realizado de manera correcta. Una poda mal realizada puede causar daños irreparables e incluso la muerte del árbol.
  • A pesar de desarrollar tejido sobre el área de corte, las heridas de los árboles quedan contenidas dentro del ellos por siempre.
  • Es preferible realizar cortes pequeños y formativos en los árboles jóvenes, que grandes cortes en árboles adultos.
  • Se recomienda no cubrir las heridas con ninguna pasta cicatrizante que pueden causar más daño al árbol. Lo más importante es realizar un corte correcto.   
arbol podado

Has de saber también que antes de plantar cualquier árbol se deben de tomar en cuenta las características futuras del mismo y las condiciones del entorno para evitar tener que cortarlo en la adultez. 

Consejos para podar un árbol

Podar implica eliminar total o parcialmente las ramas secas, muertas o mal orientadas.

Una buena poda mejora y previene la salud del árbol y también de personas y pájaros que comparten su entorno.

El mal uso de la poda puede producir crecimientos exagerados, ya que el árbol gasta mucha energía haciendo crecer nuevas ramas en los bordes de los muñones.

Para hacerlo de la manera correcta ten en cuenta que:

  • La poda de sólo un lateral del árbol deja a éste desequilibrado y con peligro de caída durante tormentas o viento.
  • En las podas de reducción de estructura se debe evitar talar ramas superiores a los 10 centímetros de diámetro.
  • En árboles jóvenes, el entresacar es una forma de poda donde se eliminan ramas desde la unión con el tronco, o bien, las ramificaciones secundarias de una rama principal. Esto ayudará a reducir la cantidad de retoños nuevos y conducirá el crecimiento del árbol. 

Cómo realizar el corte adecuado en la poda

La poda debe realizarse cuando el árbol está en período vegetativo y la savia apenas circula.

corte de poda en arbol

Los cortes mal realizados o hechos fuera de época provocan la aparición de infecciones por hongos que pueden hacen que el árbol se pudra.

Por otro lado, dejar una rama al lado del corte permite que la savia no interrumpa bruscamente su camino ascendente. De esa manera, se evitan las pudriciones y los brotes de emergencia desmedidos, 

¿Cómo se realiza un corte adecuado?

Antes que nada, ten en cuenta que todo corte implica una herida. Para que el árbol pueda comenzar a sanar, los cortes deben ser limpios, sin desgarros.

Para eso es preciso utilizar herramientas afiladas y hacer el corte en el lugar correcto.

El corte deberá realizarse ni muy pegado al tronco ni muy alejado. Precisamente en el punto de unión con la rama madre, o bien, en la intersección de dos ramas, donde se forma una «y».  Procura no realizarlos al ras del tronco.  

El corte en bisel es mucho más adecuado para que la herida no retenga humedad. La humedad favorece la pudrición y el ataque de hongos. Además, debe respetarse el cuello (área de la base de la rama) al realizar el corte, ya que allí concentran las células que ayudarán a cicatrizar la herida.

En ramas de un diámetro grande, para que no se produzca un desgarro de la corteza hay que cortarla en dos pasos. Primero se realiza una muesca, se corta más arriba y por último, se elimina lo que resta sujetándolo.

El riesgo de pudrición aumenta cuando los cortes exceden los 5 cm de diámetro, por eso en caso de no poder evitar realizar un corte grande deben alisarse y retocarse hasta que queden perfectos.

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