Si eres como yo, te encanta tu jardín. Es un lugar de paz y tranquilidad donde puedes pasar el tiempo trabajando la tierra, cuidando las plantas y las flores o simplemente sentándote a admirar la belleza de la naturaleza.

Sin embargo, un jardín bien cuidado requiere bastante trabajo, y no sólo los fines de semana. Hay que regar las plantas con regularidad durante todo el año para que no se marchiten y mueran. Y esto es especialmente cierto durante los calurosos meses de verano, cuando el clima no proporciona suficiente humedad de forma natural para que la mayoría de las plantas prosperen sin el riego adicional de los humanos (o de la propia Madre Naturaleza).

Afortunadamente, hay formas de ahorrar agua sin que las hojas verdes pierdan su aspecto saludable. Aquí tienes 10 consejos para conseguirlo:

1. Planificar el riego

Una de las formas más sencillas de ahorrar agua es programar el riego en función de las necesidades de las plantas. Puedes utilizar un calendario o una herramienta en línea para programar el riego en función de las necesidades de tus plantas y de las previsiones meteorológicas, sobre todo si vives en una zona con precipitaciones estacionales.

Por ejemplo, si es primavera y hay previsiones de lluvia una vez a la semana durante varias semanas, puede que le interese no programar más riegos hasta que lleguen esas lluvias.

Programe el riego en función de las restricciones de agua y de la cantidad: si sólo va a disponer de 50 galones al día para regar, puede que no tenga más remedio que programar el riego para que cada planta reciba la parte que le corresponde. Si hay mucha agua disponible pero no hay restricciones (como durante los periodos de sequía), entonces siéntete libre de repartir las necesidades de esas plantas a lo largo de varios días o semanas.

2. Utilice plantas que no consuman mucha agua

Utiliza plantas autóctonas.

Elija plantas con un sistema radicular poco profundo.

Plante plantas resistentes a la sequía que requieran menos agua con el tiempo.

3. Agrupa las plantas según sus necesidades de agua

Agrupe las plantas según sus necesidades de agua.

Las plantas con necesidades de agua similares deben agruparse, y las que tienen mayores o menores necesidades deben separarse. Por ejemplo, las plantas que necesitan más agua deben colocarse más cerca de la casa para que sean más fáciles de alcanzar; las plantas menos sedientas pueden situarse más lejos de la fuente de agua de riego.

Además, si tienes instalado un sistema de riego por goteo, considera la posibilidad de colocar las plantas que consumen poca agua cerca de su fuente para que obtengan suficiente humedad sin consumir cantidades importantes de recursos de otras fuentes, como un pozo o un depósito de reserva.

Las macetas también son una herramienta excelente para ahorrar tanto dinero como tiempo de riego, ya que te permiten una mayor flexibilidad a la hora de decidir qué plantas permanecerán al aire libre durante determinadas estaciones (o incluso todo el año).

También puede utilizar las macetas como relleno entre grupos más grandes de vegetación que requieren más atención y cuidados -como los árboles- y ayudar a mantener un atractivo estético general al tiempo que reduce los costosos gastos generales asociados al mantenimiento del césped todos los fines de semana durante los meses de verano.

4. Captar y almacenar el agua de lluvia

Pero no hace falta vivir en el desierto para beneficiarse de la captación de agua de lluvia. Siempre que llueva, puedes utilizar tus canalones y bajantes para redirigir el agua hacia tu jardín.

Si utilizas un barril para recoger la lluvia, ten en cuenta lo siguiente: los barriles funcionan mejor cuando están llenos de agua que no ha estado expuesta a la luz del día (ya que los rayos UV eliminan los microbios). Si tienes a mano un material de color oscuro, como una lona vieja, puedes utilizarlo para cubrir la parte superior del barril y evitar que la luz del sol afecte a su contenido.

Utilizar el agua captada es fácil: basta con verterla sobre las plantas o aplicarla con una manguera o una varita de riego. Además, si hay suficiente espacio de almacenamiento disponible (por ejemplo, un armario sin usar), guardar el agua de lluvia capturada puede ser útil para lavar coches o llenar piscinas cuando sea necesario.

5. Mantillo, mantillo, mantillo

El acolchado es una forma estupenda de regar el jardín con más eficacia. El mantillo es un material que se coloca sobre el suelo a modo de cubierta. El mantillo ayuda a mantener la tierra fresca y húmeda, lo que reduce la evaporación y mejora la estructura del suelo.

También ayuda a prevenir el crecimiento de malas hierbas y a controlar las que crecen reduciendo la luz solar que llega a sus raíces. Puede suprimir enfermedades en hojas, tallos y tubérculos de las plantas. El mantillo tiene muchas ventajas: reduce la erosión, ayuda a reducir la compactación en suelos arcillosos pesados y aporta nutrientes a las plantas después de descomponerse (especialmente las virutas de madera).

6. No riegue el césped en exceso

No riegue en exceso su césped si quiere que se mantenga sano y verde.

El riego excesivo hace que la hierba crezca demasiado deprisa, lo que puede provocar una serie de problemas, como estrés térmico, enfermedades e infestaciones de insectos. Además, se desperdicia agua porque se da a la hierba más de la que necesita.

El mejor momento para regar el césped es por la mañana o a última hora de la tarde, cuando las temperaturas son más frescas, para que la evaporación no se produzca tan rápidamente como al mediodía, cuando las temperaturas son más cálidas.

7. Utiliza riego por goteo o mangueras de remojo para arbustos y parterres de jardín

Utiliza el riego por goteo o las mangueras de remojo para los arbustos y los parterres.

El riego por goteo es una buena forma de regar las plantas, pero su instalación y mantenimiento pueden resultar caros.

Las mangueras de remojo son otra opción menos cara que los sistemas de goteo, pero tienen un alcance más corto que las líneas de goteo, por lo que es posible que necesites varios tramos de manguera alrededor del perímetro de cada parterre si quieres que las plantas tengan el mismo acceso al suministro de agua.

8. Ponte firme con las fugas en tu sistema de riego

Las fugas en un sistema de aspersores pueden contribuir en gran medida al derroche de agua. Un aspersor con una fuga media desperdicia más de 1.000 galones de agua al año, mientras que una fuga subterránea puede desperdiciar hasta 40.000 galones al año.

Para detectar una fuga:

Si ves charcos de agua en el césped o el jardín una vez terminado el riego, es probable que haya una fuga en alguna parte del sistema. Puede comprobar si hay fugas utilizando agua jabonosa alrededor de todas las partes de su sistema de riego y comprobando si hay burbujas en la parte superior de las manchas húmedas.

Si observa que se forman burbujas, esto indica que hay una fuga activa en algún lugar cercano y debe repararse inmediatamente antes de que se produzcan daños mayores.

También es posible que no haya indicios visibles cuando se detectan fugas desde la superficie; sin embargo, si sospecha que algo puede ir mal con sus tuberías o válvulas (están mal colocadas o no funcionan correctamente), revíselas de cerca prestando especial atención a la búsqueda de signos como corrosión o componentes desgastados, que podrían indicar que el equipo no funciona correctamente y que es necesario sustituirlo lo antes posible antes de que se produzcan daños mayores».

9. Averigua si tienes agua dura (alto contenido mineral)

El agua dura se debe a la presencia de minerales en el agua.

Estos minerales suelen ser calcio y magnesio.

La cantidad de estos minerales aumenta con la cantidad de piedra caliza y tierra de su zona, o si tiene un pozo para el suministro de agua de su casa.

Para comprobar si tiene agua dura, coja un vaso y llénelo de agua fría del grifo (un vaso frío evitará la dilución por el agua caliente). Añada una cucharadita de sal al vaso y agítelo enérgicamente durante 30 segundos. Si observa que apenas queda espuma, ¡enhorabuena! Tienes agua blanda. Pero si después de agitar el vaso queda algo de espuma, lamentablemente, como yo, puede que tengas agua dura…

10. Asegúrate de que los aspersores están alejados de las zonas pavimentadas.

Los aspersores que se colocan sobre superficies pavimentadas o cerca de cualquier tipo de árbol o arbusto pueden causar daños en el césped, con la consiguiente pérdida de agua. Esto también se aplica a edificios, vallas y otras estructuras que puedan verse afectadas por el chorro del aspersor.

Los aspersores no deben colocarse cerca de calzadas o aceras porque pueden dañar la superficie y hacerla resbaladiza cuando está mojada. Los aspersores tampoco deben colocarse nunca en lugares donde el agua pueda correr hacia calles o zanjas, ya que esto podría crear un peligro para los vehículos que circulen por estas zonas.

Estos consejos te ayudarán a ahorrar agua y dinero.

  • Asegúrese de que los aspersores están alejados de las zonas pavimentadas.
  • Comprueba si el agua es dura (alto contenido mineral).
  • Utiliza el riego por goteo o mangueras de remojo para arbustos y parterres.
  • Sé estricto con las fugas del sistema de riego.

 

Ahora que ya sabes algunas cosas sencillas que puedes hacer para ahorrar agua en tu jardín, ¿por qué no pruebas algunos de estos consejos? Tus plantas y tu bolsillo te lo agradecerán.

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