Podemos decir que una planta está enferma cuando por causas externas o alteraciones internas, pierde su aspecto y funciones normales.
En la mayor parte de los casos, las personas que cuidan las plantas se dan cuenta de la enfermedad sólo cuando las hojas se ponen feas o cuando observan otros síntomas extraños y preocupantes. A veces, sin embargo, los motivos parecen un misterio impenetrable.
Naturalmente no siempre puede repararse el daño, pero gran parte de las enfermedades se pueden tratar o prevenir si se abordan a tiempo los cuidados oportunos.
Causas principales por las que enferman las planas
Las plantas son seres vivos que crecen y se desarrollan según un ritmo propio y en un momento determinado de su vida empiezan a estar más expuestas a infecciones y peligros, por la debilidad unida al envejecimiento.
Las principales causas para la enfermedad de las planas son:
Plagas de insectos o parásitos
Los principales daños son producidos por los insectos.
El perjuicio que causan los insectos puede ser directo, mediante la alimentación o la ovoposición o indirecto, mediante la inoculación de algún agente patógeno.
Ahora vamos a ver una guía de los síntomas de una planta enferma y su más que posible causante:
- Galerías o minas > Larvas minadoras
- Hojas con agallas o escrecencias > Insectos
- Masas algodonosas pegajosas > Cochinillas
- Mordeduras redondas o irregulares > Orugas, Caracoles, Saltamontes o Escarabajos
- Tallos cortados por el cuello o mordidos > Gusanos
- Raíces cortadas o roídas > Larvas de insectos
- Manchas negras o rojizas redondas u ovaladas > Hongos
- Manchas amarillas y vellosidad en el envés de la hoja > Mildiu
- Pústulas blancas > Albugos
- Hojas marrones que se van secando > Hongos
- Cuello o base del trono ennegrecido > Hongos
- Tallo en putrefacción con moho gris o blanco > Hongos
- Raíces negras > Hongos
Mal cuidado de las plantas o en su nutrición
Vamos a ver ahora una guía que nos indicara si estamos cuidando y alimentando bien a nuestras plantas o no:
- Planta machita con la punta y los bordes secos > Demasiadas sales en la tierra o demasiada agua en el riego.
- Planta alargada y pálida > Hay una falta de luz y obliga a la planta a estirarse para buscar la luz, esto provoca un desarrollo rápido y débil.
- Desarrollo asimétrico > La luz del sol es predominante en un lado, o hay sombras por obstáculos físicos.
- Plantas jóvenes con poco crecimiento > Esto se debe a una carencia de fósforo en el sustrato.
- Crecimiento muy lento > Carencia de nitrógeno en el sustrato.
- Sin crecimiento y hojas amarillas > Exceso de calcio en la tierra o en el agua en plantas que requiere de un Ph àcido.
- Hojas amarillas o quemadas > Exposición al sol directo en plantas no aclimatadas.
- Hojas con puntas secas > Falta de agua
- Palidez en la coloración de las hojas > Falta de luz
- Amarilleo rápido de las hojas > Clorosis hídrica.
- Hojas marrones y acartonadas > Demasiado abono.
- Hojas negras > Exceso de agua.
Cómo detectar la enfermedad de las plantas
En algunos casos, las causas de las enfermedades se pueden averiguar fácilmente; otras veces, sin embargo, las patologías están constituidas por lesiones o infecciones microscópicas, o están unidas a factores ambientales como temperatura, luz, humedad y, por tanto, son más difíciles de reconocer.
Entre las causas más frecuentes de enfermedades encontramos los hongos, virus y bacterias, que desarrollan su acción destructiva penetrando en el interior de las células o los tejidos vegetales. Otras veces la enfermedad se debe a insectos y pequeños animales que se alimentan de las plantas y las usan como refugio.
Echando un vistazo rápido a las relaciones de los síntomas, podemos ver en un porcentaje elevado las causas se deben a problemas en la nutrición y el cuidado de las plantas, algo que depende de nosotros. Lo más grave es que en muchas ocasiones esto tiene como consecuencia que las plantas sean más propensas a enfermar y por desconocimiento acaben muriendo.
De ahí la importancia de la prevención no sólo de las enfermedades por aplicación de insecticidas y fungicidas, sino también de darle a las plantas las mejores condiciones ambientales, nutricionales y de riego para que éstas se mantengan fuertes y los aspectos a tener en cuenta en el riego, o el abonado de las plantas.
Teniendo en cuenta estas sencillas pautas minimizaremos el riesgo de que nuestras plantas sean atacadas por parásitos ya sean insectos, hongos y en general cualquier elemento nocivo para nuestras plantas.
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